Adiós a Manuel de la Calva, pionero del pop español
Por César Campoy (en EFE-EME)

Este 26 de agosto [2025] nos ha dejado el compositor e intérprete Manuel de la Calva (1937), integrante, junto a Ramón Arcusa, del Dúo Dinámico. El propio Ramón, desde hace tiempo portavoz activo del combo, ha sido el encargado de dar la noticia a través de redes sociales. Sin entrar en disquisiciones sobre el mayor o menor grado de justicia en la memoria histórica musical de este país, no nos andaremos con chiquitas: nos hallamos ante una pérdida tremenda e irreparable en el devenir sonoro hispano; ante, ahora sí, el fin de una era. La trascendencia del fallecimiento de Manolo, para nuestra cultura, es (mejor dicho: debería ser) comparable al sentimiento de orfandad experimentado por la sociedad francesa tras la muerte de Johnny Hallyday; al vivido en Inglaterra tras el asesinato de John Lennon; al interiorizado en los Estados Unidos después de que Elvis Presley nos dejara. Sí, tamaña es la obra labrada por aquel enjuto y pizpireto barcelonés, campeón de España junior de natación, que siendo apenas quinceañero, trató de labrarse un próspero futuro en las naves de la empresa de fabricación de motores de avión Elizalde.
Y vaya si lo consiguió. Pero no como ingeniero industrial, sino como estrella del rock, en compañía de un Ramón del que ya no se separó, y con el que compartió escenario hasta hace apenas tres años. Sin saberlo, aquel 30 de julio de 2022, el Dúo Dinámico pisaban tablas juntos por última vez tras casi sesenta y cinco años de andadura. Solían bromear ambos, durante sus conciertos, asegurando que llegaron a esto de los sonidos modernos antes que The Beatles. Aquel día, en Sitges, sucedió algo imprevisto. Así lo narraba Arcusa, hace apenas cinco meses, a Efe Eme, en una de las últimas entrevistas concedidas por la formación: «Pensamos que iba a ser una parada provisional, ya que, casi al final de la actuación en ese Festival de Terramar en Sitges, Manolo se desmayó en el escenario, y luego, ya en Madrid, y después de algunas revisiones médicas y de una operación cuya recuperación se alargaba más de la cuenta, decidimos, de mutuo acuerdo, dar por terminada nuestra carrera en los escenarios, porque de todas maneras, ya tocaba un día u otro».
Así, de esta manera, prácticamente sin hacer ruido, el Dúo Dinámico decía adiós en un alarde de modestia al alcance de muy pocos. «Decidimos que jamás haríamos una gira de despedida porque no queríamos ir llorando por los rincones de España», añadían. Ni falta que les hizo. De hecho, Manolo y Ramón continuaban girando porque les apetecía; porque se encontraban bien y sentían el calor de un público que continuaba abarrotando los foros que frecuentaban
De la Calva y Arcusa no seguían en esto, ni por el dinero, ni por vanidad. Simplemente se limitaban a hacer lo que más les gustaba. La jubilación ya se la habían ganado décadas atrás, a base de centenares de composiciones (la mayoría de ellas, tan populares como eternas), tanto para ellos, como para artistas de primera fila mundial como Camilo Sesto, Nino Bravo, Albert Hammond, Manolo Otero, Miguel Gallardo, José Vélez, José Feliciano, Los Chunguitos, Bruno Lomas, Massiel… y, por supuesto, su estimado Julio Iglesias. Bajo el cobijo de Manolo y Ramón (es prácticamente imposible hablar de uno sin toparse con el otro), la voz española más internacional vivió una de sus etapas profesionales más provechosas y grandiosas, a partir de bombazos como “Soy un truhán, soy un señor”, “Pobre diablo”, “Un día tú, un día yo”, “Hey”, “De niña a mujer”, “Quijote”…
A esta faceta de compositores, productores y guías de otros artistas, De la Calva y Arcusa llegaron después de que el gran público y las compañías comenzaran a darles la espalda como intérpretes, pese a que, en 1970, vio la luz una de sus obras cumbre, el elepé Manolo y Ramón (o Mejor que nunca). Tras aquel varapalo, ambos se empecinaron en seguir haciendo lo que mejor sabían: continuar modernizando, profesionalizando e internacionalizando la industria musical española. Y en ello se centraron aunque, en 1978 (tan solo cinco años después de su retirada), en un acto del Grupo Z, sus voces sonaran de nuevo. Lo hicieron, eso sí para no enmudecer, en público, hasta 2022. En esas más de cuatro décadas, ya lo saben, actividad continuada, segunda juventud y, por supuesto, hitos como los conseguidos con “Tú vacilándome”, “Que me quiten lo bailao” o “Resistiré”.
A finales de este 2025 se cumplirán nada menos que sesenta y siete años desde que el Dúo Dinámico comenzó a andar. Con la partida de Manuel de la Calva, lo avanzábamos, se cierra un capítulo dilatado, glorioso y dignísimo de la historia de la música moderna española. Del pop y el rock hispanos. Así lo explicaba Juan Puchades, en el capítulo dedicado al disco La colección definitiva, del libro Los 100 mejores discos del rock español de los 60 y 70 (Efe Eme, 2023): «El éxito del dúo es inmediato y a su estela comienza un tiempo nuevo para la música popular española. Las discográficas locales, aunque remolonas, reticentes y desconfiadas, van a abrir la puerta a la música joven (…). Ese disco del Dúo Dinámico será esencial para que todo, discretamente, estalle en breve». Y vaya si estalló. Con ellos comienza a desengrasarse la anquilosada industria musical española. Con ellos, el rock de altura suena con más calidad y elegancia que nunca. Con ellos, el desconocido concepto de mercadotecnia comienza a tener sentido, y se expande hasta límites insospechados. Gracias a ellos, los trajeados gerifaltes de las discográficas descubren un nuevo y provechoso mercado: el del público joven, extasiado con el rock, el twist, los nuevos bailes de moda… Porque el Dúo Dinámico se convirtió en el primer fenómeno de fans de la historia de nuestra música. Sí. Y, todavía hoy, millones de personas no entienden diversos estadios de su existencia, sin la banda sonora ideada por la mágica pareja.
Decenas de números uno y de himnos imperecederos (no es necesario citarlos, ¿verdad?); cinco largometrajes; temas ganadores de festivales como el del Mediterráneo, Costa Verde, Benidorm, y, por supuesto, Eurovisión… No le den más vueltas. Déjense de prejuicios, teorías ignorantes, memorias cortas y reduccionismos absurdos. Con el Dúo comenzó todo. Antes de Arcusa y De la Calva, nada ni nadie. No nos cansaremos de repetirlo: Manolo no era historia del pop y el rock españoles; Manolo es uno de los cimientos a partir de los cuales se construyó la música moderna de este país.